- ¡NO! ¡No quiero irme! ¡MAMÁ!- la niña se soltó y corrió
hacia su madre, llorando.
- Ya lo hemos hablado, solo será por un tiempo. Luego volveremos a estar
juntas.- Contestó la madre tragándose su tristeza y componiendo una quebradiza
sonrisa.
- ¿Y papá también?
La imagen de su marido subiendo al camión junto a otros soldados volvió a su mente.
- Sólo si tú me prometes que volveremos a estar los tres juntos.
La madre se echó a llorar y abrazó a su hija con fuerza.
- Te lo prometo- sollozó, aunque sabía que esa sólo era una promesa a medias.
La madre observó a su hija alejarse hacia la seguridad en aquel tren con el corazón divido por segunda vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario