A veces las cosas no son como nos gustaría. A veces planeamos miles de cosas y nos hacemos increíbles ilusiones sobre cómo queremos que pasen las cosas. Pensamos en cada detalle para que todo sea perfecto. Y aún sabiendo que la perfección no existe nos sorprendemos y nos dolemos cuando las cosas no salen como soñamos. El problema viene cuando las expectativas no nos dejan apreciar igual los momentos. Y es que nos olvidamos de que el hecho de que algo no sea perfecto no implica que no sea y bueno.
Tenemos que aprender a valorar las cosas sin compararlo con la inalcanzable perfección de nuestras ilusiones. Disfrutar de las pequeñas e imperfectas cosas de un día especial y también de un día normal.
Felices imperfecciones ;)
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