Bienvenidos a este pequeño rincón de imaginación, magia y una pizca de locura. Para quienes se pregunten quién soy, soy una enamorada de la vida y la lectura, con mil sueños y delirios de escritora. ¿Qué vais a encontrar aquí? Todo lo que te puedes encontrar, precisamente, entre las páginas de un libro: historias, fotos, dibujos, recuerdos, reflexiones, susurros de otros tiempos, un poco de poesía, alguna sátira,… y, escondida entre las letras, un poco magia.

Así que no os quedéis en la portada, pasad y disfrutad de vuestro viaje por este mundo Entre las páginas de un libro.


martes, 3 de abril de 2012

El pintor de almas (III)

Entonces, Ángelo apareció de detrás de unos arbustos. Lleavaba su su bata para pintar y lucía su característica sonrisa. Iris frunció el ceño y ladeó la cabeza al ver el caballate tras él.
-No irás a...
-Sí-cortó él, y antes de que ella retrocediese, la cogió del brazo y la atrajo hacia si, impidiéndole que escapase.-No, no, tú te quedas aquí, sin excusas.- Y la llevó hasta un cercano banco de granito. Mientras, Iris reía nerviosamente.
-Esta bien-dijo entre risitas,-¿cómo me pongo?
-Me da igual, no tiens por qué estar completamente quieta, tú solo mírame a los ojos.-Dijo Ángelo cogiendo su pincel, y se aproximó al caballete. Alzó la mirada, miró a Iris, esta vez con el pincel, Y se quedó sin aliento. Ante él se alzaba la criatura más bella que había visto, y seguramente la más hermosa del mundo. Era pura y luminiosa. Transmitía una agradable sensación de paz y cariño. Resplandecía con un suave halo de dulzura su alrededor. Era tan preciosa, podría haberse quedado el resto de su vida contemplándola. Así que así era Iris, se había imaginado cómo sería su alma, tenía una cierta idea de cómo podría ser, pero aquella idea no se aproximaba ni de lejos a la realidad.
-¿Pasa algo?-preguntó ella. Ángelo negó con la cabeza volviendo a la Tierra. Alzó el pincel y lo deslizó sobre el lienzo.

Tardó solo unpa r de días en terminarlo. No solo poruqe era mucho más pequeño, sino porque Ángelo trabajaba con más ganas y ahínco. Cundo lo hubo terminado se lo mostró a Iris.
-Pero...pero,... yo no... yo no soy así. Yo no soy tan...guapa-dijo rozando la obra con la punta de los dedos.
-Lo ers, mucho más, créeme cuando te digo que lo que he pintado no es ni la mitad de lo que ers en realidad. Dentro de ti hay mucho más de lo que conoces.-Dijo él. Ella alzó la cabeza y le miró a los ojos, y le sonrió de aquella manera que a Ángelo tanto le gustaba. Sus ojos brillaban y transmitían tantas cosas y tan hermosas que a Ángelo esta vez no le hizo falta el pincel para dislumbrar el verdadero aspecto de la joven. Alzó una mano y le acarició con suavidad la mejilla. Iris cerró los ojos para disfrutar de la sensación.

Acordaron que, por precaución, Ángelo se quedaríapor el momento el cuadro, para evitar que Laurien lo descubriese. Pero sus buenas intenciones e ideas no podrían evitar lo que se avecinaba. Ingenuos. Pobres, inocentes, si no se tratase de Laurien , si no fuera por tantas cosas...

Todo se descadenó una tarde de primavera durante el descanso de Ángelo, que supuestamente, llevaba tres semanas trabajando en el retrato de Laurien, mientras estaba sentado en su taburete observando el retrato de Iris con el de la reina detrás suya, cubierto por una corina blanca. Laurien volvió a la sala antes de lo previtó y descubrió a Ángelo con el cuadro de Iris en las manos.
-¡¿Qué es esto?!-exigió saber, arrebatando la puntura de las manos del pintor. Al verlo de cerca enfureció enseguida. Ángelo se levantó y retrocedió intmidaso por la abrasadora mirada de la reina, temeroso de su ira.-¡¿Cómo?!-Laurien avanzó hasta lo que debía ser su retrato y lo descubrió. Se quedó quieta unos segundos observando el lienzó, antes de tomar aire y explotar como un volcán. El cuadro, como era de suponer, aún no estaba terminado, pero lo que se veía era oscuro y siniestro, horrible. Sguía siendo como el retrato de un mostruo. Cundo la reina se recompuso dijo:
-No quieres obedecerme por als buenas, pues será por las malas.-Acto seguido gritó:- ¡¡Traedme a Iris!! ¡¡Y un nuevo lienzo!! ¡¡Ahora!!
-¿Qué? ¡No! Dejadla a ella, no tien nada que ver con esto- protestó Ángelo enseguida.
-Si  loq ue necesitas es inspiración, la tendrás- continuó como si no hubiese escuchado. Enseguida el cuadro sin terminar fue sustituido por un nuvo y blanco liezo e Iris apareció en al habitación escoltada por un hormbre de cuero negro, que seguramente fuese un guardia. Iris y Ángelo intercambiaron una mirada llena de incertidumbre y miedo.

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