Bienvenidos a este pequeño rincón de imaginación, magia y una pizca de locura. Para quienes se pregunten quién soy, soy una enamorada de la vida y la lectura, con mil sueños y delirios de escritora. ¿Qué vais a encontrar aquí? Todo lo que te puedes encontrar, precisamente, entre las páginas de un libro: historias, fotos, dibujos, recuerdos, reflexiones, susurros de otros tiempos, un poco de poesía, alguna sátira,… y, escondida entre las letras, un poco magia.

Así que no os quedéis en la portada, pasad y disfrutad de vuestro viaje por este mundo Entre las páginas de un libro.


viernes, 12 de diciembre de 2014

El otro lado del precipicio, II


No dejó de correr a pesar de estar sin aliento. No podía parar, no podía darse media vuelta, no podía volver. Su corazón golpeaba sus costillas con fuerza, en su intento de mantener el ritmo que la chica se empeñaba en llevar.  A sus espaldas oía el rumor de los pasos de sus dos perseguidores. La llamaban, gritaban su nombre, pidiendo que se parase. La joven apretó el paso empujando su cuerpo hasta el límite de su resistencia.
De repente, la chica se paró de golpe. A sus pies la tierra se abría en una profunda grieta. Y llenando el hueco entre las dos orillas, una espesa niebla se alzaba impidiendo que apenas se apreciase el otro lado del barranco y que el fondo pareciese infinito. El viento soplaba con fuerza empujando a todo aquello que se cruzase en su camino hacia el abismo. La joven contemplaba la enorme grieta, casi sin verla. Su corazón seguía desbocado y sus pulmones continuaban exigiendo grandes cantidades de aire. Empujó una piedra con el pie y la contempló caer con un nudo en el estómago. Todo su cuerpo temblaba  a causa del esfuerzo realizado, ¿o era a causa del miedo? La joven tragó saliva, e inspiró hondó.
“Salta” dijo una voz a su lado. Una voz sin cuerpo, una voz que solo ella podía oír. “Salta” repitió la voz “Eika sabes que ya no hay espacio para ti ahí atrás, nunca lo ha habido. Jamás serás una de ellos, no te quieren allí. Salta y nunca más tendrás que volver a preocuparte por nada.” Sin embargo la joven no se movió. Cerró los ojos.

Las imágenes acudieron a su mente como destellos en medio de la oscuridad. Una niña sentada en un rincón pintando cosas que no debía cosas que solo existían para ella. Una chiquilla escondida entre los árboles de los bosques contemplando con anhelo a los niños que jugaban a unos metros de ella. Una chica riendo y hablando con alguien a quien nadie podía, vero oír o tocar. La misma niña siendo regañada por su familia de acogida por hacer esas cosas. Una niña tirando el pegajoso contenido de un frasco. Un edificio enorme, con sus puertas cerradas, pero ventanas rotas por las que una chica se había colado y donde había encontrado nuevos amigos, llenos de palabras, imágenes y secretos, donde había encontrado conocido a Peter. Una muchacha ocultando en sus  bolsillos y salvando del fuego unos escritos, libros y mapas. La misma joven leyendo a escondidas a la luz de las velas aquellos tesoros prohibidos.

<< -¿Con quién hablas, Eikasía?”

-Con Peter, yo…”
-¿Aún sigues con eso?
-No te entiendo, ¿con qué estoy siguiendo?-¿Por qué no paras de una vez? ¡Él no existe!, ¿por qué te empeñas en creer que es algo más que un producto de tu desmesurada imaginación?
-¡No es cierto! ¡Él SÍ existe! ¡Vive al otro lado del precipicio!
-Eika, lo único que hay al otro lado del barranco es nada, métetelo en la cabeza. Ni existe otro pueblo, ni existe gente que viva allí, ni mucho menos un peter que sólo puedes ver y oír tú. Ya eres mayor para tener amigos imaginarios.¡Deja de soñar, y baja el mundo real! 
-¡Él es de verdad!
-“¡Por supuesto!” Tan real como las hadas que dijiste ver en el jardín. Ve a contarle el cuento a quien te crea, Eikasía, deja de aburrirme con tus niñerías y madura de una vez.
-Algún día me iré al otro lado del precipicio y seré libre, y... y... ¡y os demostraré que lo que digo es  verdad!>>
<< “Hoy tenemos invitados, Eikasía, así que compórtate, sé buena y no hables ni digas nada sin que te pregunten. Concéntrate,  y trata de no ser como eres normalmente. No quiero que nos avergüences.”>>

<<-¿Por qué no podías ser normal?

-¡Soy normal!
-No, no lo eres, y lo sabes. >>
<<Ocúltalo, que nadie se entere de cómo eres, o lo que haces. Que no sepan de ti, que descubran quién eres >>


 << ¡¿Estás enferma?! ¡Nadie en su sano juicio haría eso! ... Claro que no contaba que tu estás "medio" loca.>>
 

<<¡Has sido, eres y siempre serás la excéntrica forastera que por error acogimos y que nunca formará parte de nuestras vidas!>>

Las lágrimas resbalaron por sus mejillas al recordar todos esos momentos. “Nada te ata a este lugar, ¿por qué no lo dejas atrás?
-¡EIKA! –Gritó una voz a sus espaldas. Eika sorprendida y angustiada se dio media vuelta y vio  a sus uniformados perseguidores.- ¡DETENTE! ¡No saltes!-¡QUÉDATE DONDE ESTÁS!- Gritó el segundo hombre.- ¡No quieres hacerlo! ¡POR FAVOR, Quédate ahí, y te llevaremos a casa!  ¡Te lo prometo!
No les escuches. Sabes que no es verdad. Ninguno te ha creído nunca. No te dejes engañar, las cosas no cambiarán y esta vez ni siquiera te dejarán ser libre, estarás en constantemente vigilada. Recuerda cuál era tu deseo

<<Algún día saltaré  al otro lado del precipicio y seré libre. >> Hacía años que había dicho eso. Lo había gritado con lágrimas en los ojos antes las risas y miradas reprobatorias y burlonas de los demás. Aquel recuerdo había permanecido en su mente, guardado hasta ese día. Aquella mañana se había levantado como cada día, se había vestido y había bajado a desayunar. Pero no había encontrado desayuno alguno. Su madre no estaba en la cocina como de costumbre, sino en el salón, delante de dos hombres uniformados e inexpresivos. Eika frunció el ceño. Halen la había hablado con suavidad, como si se tratase de un animal herido y asustado. ¡¡NO!!Había gritado Eikasía cuando comprendió la situación. Segundos más tarde corría hacia las afueras de la cuidad con los señores uniformados tras ella.

 Morirás ahogada por todos ellos, puede que no al momento porque eres fuerte, pero acabarán por apagar tu luz. No te dejarán ser tú misma.La voz de Peter sonaba clara a su lado. Los pasos de los hombres se escuchaban cada vez más cerca. Salta. Eikasía, cerró los ojos con fuerza e inspiró hondo, dio un paso hacia atrás y saltó.

1 comentario:

  1. Me has dejado de piedras, una decisión imposible que podria acabar en desgracia. Eikasía tendrá que decidir...
    Me puede la curiosidad ;)
    Un beso desde Compases Rotos
    Lena

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